¿Cómo se deprecian las camionetas en Chile? Lo que debes saber antes de comprar
En el mundo automotriz, uno de los temas menos conversados —pero más relevantes al momento de comprar— es la depreciación de valor de los vehículos. Y en el caso de las camionetas, esta dinámica tiene particularidades que todo comprador y vendedor en Chile debería conocer. Comprar una camioneta no es solo una decisión funcional, también es una inversión que debe considerar cuánto se perderá con el paso del tiempo.
La caída más fuerte: el primer año
Comprar una camioneta nueva, 0 kilómetros en un concesionario es una experiencia especial. Pero esa emoción puede venir acompañada de un golpe silencioso: la depreciación inmediata. Apenas la unidad sale del concesionario, su valor en el mercado secundario cae entre 15% y 20%, incluso si tiene menos de 5.000 a 15.000 kilómetros recorridos.
Esto significa que si compraste una camioneta nueva por $40.000.000 CLP, al poco tiempo podrías estar vendiéndola en $32.000.000 CLP o menos, aunque esté prácticamente nueva. Esto se debe a que el mercado de camionetas usadas en Chile es muy competitivo, y para muchos compradores, pagar por una unidad apenas “menos nueva” a precio de concesionario simplemente no tiene sentido.
¿Qué pasa después del primer año?
Una vez pasado ese golpe inicial, la depreciación se hace más progresiva pero constante. Dependiendo de la marca, modelo, versión y uso, una camioneta promedio puede depreciarse entre un 8% y un 12% por año durante los primeros 5 años. Esto, por supuesto, varía si el uso es intensivo o si la unidad supera ciertos rangos de kilometraje —por ejemplo, pasar de los 100.000 km suele marcar un antes y un después en el valor comercial.
Además, las versiones de entrada (modelos más básicos) tienden a depreciarse más rápidamente que las versiones tope de línea, ya que estas últimas suelen tener más demanda en el mercado de reventa debido a su equipamiento y prestaciones. Una camioneta automática, 4x4, con buen equipamiento y bajo kilometraje siempre será más fácil de revender y con una depreciación menos agresiva.
¿Existen camionetas que se aprecian?
En algunos casos, sí. Hay camionetas clásicas o de culto, como ciertas versiones de la Toyota Hilux de los años 90, que hoy tienen una alta demanda por su confiabilidad, mecánica sencilla y valor sentimental o de colección. Estas unidades, bien cuidadas y con documentación al día, pueden incluso aumentar su valor con el tiempo. Sin embargo, este fenómeno es la excepción, no la regla.
La mayoría de las camionetas modernas siguen una curva de depreciación similar: bajan fuerte al comienzo, luego más suave, y finalmente tienden a estabilizarse cuando alcanzan cierta edad o kilometraje, aunque con un valor residual mucho menor.
Claves para cuidar el valor de tu camioneta
Si tu idea es venderla más adelante y recuperar lo más posible:
- Elige una versión intermedia o tope de línea: suelen ser más deseadas en el mercado secundario.
- Mantén bajo el kilometraje: el kilometraje es uno de los factores más determinantes en el precio.
- Lleva un historial de mantenciones al día y, si es posible, con facturas o respaldo de servicios técnicos autorizados.
- Evita modificaciones extremas que puedan espantar compradores.
- Cuida el exterior e interior: la primera impresión es clave para justificar un precio alto.
En resumen, la depreciación es inevitable, pero se puede administrar inteligentemente. Comprar usado con poco kilometraje, elegir bien el modelo, cuidar la unidad y entender el mercado son claves para que tu inversión en una camioneta sea lo más rentable posible. Comprar una buena camioneta no se trata solo de lo que pagas al principio, sino de cuánto puedes recuperar después.